jueves, 17 de noviembre de 2011

comentarios y respuestas a "un sistema tributario ecològico"

Puesto que la gestión directa de comentarios no es fácil por las exigencias operativas de este servidor, voy a reproducir algunos comentarios llegados por otras vías y a darles mi respuesta.


Yolanda me comenta:


"No la encuentro muy ecológica aunque definitivamente es provocadora. En mi opinión estamos frente a una propuesta sobre cómo sacarle un partido -económico- (política económica) a la devastación del planeta que hacen los poderes económicos, sociales y políticos del mundo. Quién realice una actividad económica que suponga un mal para el planeta, inexorablemente debería dejar de hacerla, no tributar más y que este impuesto le suponga la impunidad en los hechos. O realmente crees que ese impuesto sería revertido al planeta y a la sociedad afectada que -si- está siendo responsable con su entorno? Sería contradictorio. El que es capaz de cobrar un impuesto ahí donde tiene que aplicar una ley de prohibición (ups, dije la palabra prohibida) no revierte ni un duro a las víctimas de nada."


R: Hola Yolanda, encuentro muy interesante tu objeción y me será de utilidad para  profundizar en el alcance de mi propuesta.
En una economías de libre-mercado, que aquí no juzgo su conveniencia o inconveniencia, la prohibición de la que hablas viene por ella sola con la aplicación del sistema que propongo. Esta es la explicación: quien realiza “una actividad económica que supone un mal para el planeta”, estas son tus palabras, y entiendo en principio que toda actividad económica termina en una transacción, pronto verá su producto tan encarecido por el impuesto que debe soportar, para reponer o reparar el daño producido, que este producto, si tan nocivo es, dejará de ser competitivo. Las empresas de producción, distribución, o servicios, relacionadas con este producto, tendrán que encontrar los medios necesarios para “purificar” su actividad o se verán obligadas a cerrar por la propia dinámica del mercado. La palabra “prohibición” creo que será aplicable solamente para aquella actividad que produzca daños irreversibles, puesto que no hay un impuesto suficiente alto para regenerar el deterioro producido. Otra cosa es cómo tabular el perjuicio que ocasione una actividad u otra, y  dejo esto para los técnicos, pero no me cabe duda que se encontrarían los medidores adecuados.
   En rigor, incluso la producción de una sola pinza para colgar ropa, tiene un coste ecológico para el planeta. No veo cómo dejar de hacer toda actividad económica que repercuta negativamente. A lo sumo se salvarían las empresas de reciclaje, hasta que no hubiera ya nada por reciclar. No veo contradicción por otra parte, el ciudadano responsable en la sociedad, en teoría no comprará productos muy nocivos y por consiguiente no pagará impuestos excesivos. Son aquellos irresponsables por su atentado indirecto al planeta los que no quedarán impunes y deberán pagar por el daño indirecto que producen poseyendo o consumiendo ciertas mercancías. No obstante sí estoy a favor de un decrecimiento sostenible y sobre esto expondré alguna propuesta más adelante.


Martí escriu:


"Molt interessant això de gravar sobre el luxe superflu i contaminant i no sobre la "simple" possessió de diner (negre), en funció de la seva insostenibilitat ecològica.
Però aleshores, quin tractament hauria de rebre una empresa contaminant (granja de porcs que contaminen els aqüífers amb els purins, empresa química que contamina les aigües amb els seus vertidos...)?
D'altra banda, per què oblidar-se d'una intervenció en els paradisos fiscals, si moltes vegades es tracta de diner provinent d'activitats (quasi)delictives (prostitució, tràfic d'armes, tràfic d'influències etc.)?"



R: Reconec que hauria de haver aclarit, que posava en qüestió la validesa dels paradisos fiscals en quan a evasió d'impostos i no per altres qüestions, –tot i que substituint el tractament de les causes per prohibicions això porte a en aquests mercats soterrats, però això es un-altre qüestió–. D'altre banda, les empreses contaminants, com les que esmentes, si encara fos reversible el mal que produeixen, aplicant la meva proposta es veurien atacades d´un impost tan alt en els seus productes, que haurien de desistir o readaptar els seus mitjans de producció per evitar la contaminació. I si el mal fos irreversible haurien de orientar-se cap uns altres productes o plegar, donç no hi hauria un impost prou alt per reparar-ho. Moltes gràcies per la teva valuosa aportació i espero que t´animis a fer-ne més. 






3 comentarios:

  1. Ya tenemos experiencia en -en este sistema económico, de mercado y producción- de un proceso de encarecimiento de producto debido a los impuestos y la solución que han encontrado los empresarios, apoyados por los gobiernos, ha sido la siguiente: traslado de fábricas a países del tercer mundo, explotación al trabajador e inicio de explotación infantil, y encarecimiento del producto al consumidor final. La empresa "NO PAGA" más por su producto. La campaña política es redonda: subimos impuestos a las empresas y permitimos que la empresa -te cobre a ti- el impuesto jeje. ¿Cómo paga la sociedad ese impuesto? Trabajando más, endeudándose más y teniendo cada vez menos control sobre su actividad en la sociedad. Habría que saber ese impuesto del que hablas, si realmente lo iba a pagar la empresa de sus beneficios sin repercusión alguna al consumidor final y ahí, ya se deja de hacer política ecológica para pasar directamente a hacer política económica y social. Por eso te decía que el tema planteado desde -el dinero- es meterse en camisa de once varas.

    Una política ecológica debería exigir a los gobiernos que abandonasen la jurisprudencia en asuntos ecológicos y que definitivamente fueran los técnicos/científicos/biólogos etc los que delimitasen la participación del ser humano en la naturaleza. O sea, ¿se puede pescar, talar árboles....? Si, claro, pero hasta qué punto.

    Yo veo un problema gravísimo en el tema ecológico y sobre todo en las organizaciones responsables de crear conciencia y tiene que ver con que -inconscientemente- se está tratando el problema NUEVAMENTE desde un punto de vista de INTERÉS PARA LA HUMANIDAD. Es como si el planeta, en si mismo, no fuera nada. El mensaje es; cuidemos el medio ambiente porque necesitamos aire para respirar. Cuidemos a los arbolitos porque sino el oxígeno bla bla. Es muy complejo que hoy nos demos cuenta de que el discurso sigue siendo desde la -utilización- y de que estamos en este problema porque precisamente el planeta tierra se vive como algo a nuestra disposición. O sea, quizás estemos ciertamente frente a una cuestión de -Alma-. El Alma del planeta, si es que la tuviera, ¿quién la cuida? ¿quién la escucha? ¿quién la estima en profundidad?

    Así pues los ecológicos no están siendo, en su fondo, tan distintos de los no ecológicos. Los seres humanos, todos, no nos amamos por lo que somos, sino que en función de lo que ese -amar al otro- me está beneficiando a mí. O sea, me amo a mi mismo, a través del otro. Y bueno, eso no es que esté bien o mal, o diga yo que tendría que cambiar, eso, no lo se, pero lo que si se es que de momento hay mucho prejuicio a reconocernos TODOS en esa -utilización- y al no constatarse, pues tampoco podemos ver que todo lo que pretendemos hacer en nombre del -bien- en realidad, no surge más que de la necesidad "personal-humana-ególatra" de no quedarse sin algo... pero ese algo, le interesa a muy poca gente.

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  2. Observemos por ejemplo este -bonito- vídeo que comenta un amante... y seamos capaces de hacer una crítica teniendo en cuenta el desde dónde partimos colectivamente.

    ¿Qué ocurre con este vídeo? Pues que insiste en el mensaje de que el ser humano y la naturaleza "somos uno". ¿Qué quiere decir eso? Pues nada. Hoy en día ese es un mensaje más bien esotérico y no solo eso, sino que un mensaje en el que el sistema capitalista y de libre mercado se ha basado para continuar con su política de expropiación.

    Mientras la humanidad esté perdida en IDEAS que no comprende (somos uno), no estará enfocada en las ideas que podría comprender como por ejemplo, QUE YO, Y UN ÁRBOL, somos dos cosas distintas. O sea, un árbol, es un árbol, pero ¿qué es un árbol? ¿mi idea de árbol? (algo que me sirve a mí, algo que soy yo mismo etc) ¿o bien un árbol ES algo en si mismo?

    Es evidente que yo no soy un árbol. Y quién me diga que soy un árbol, tendrá que plantearse seriamente la posibilidad de -demencia- Es absolutamente imprescindible que -el árbol- aparezca en nuestro campo de conciencia -desde su realidad-. Este mundo pseudo-espiritual que ha fomentado el sistema capitalista ha ido menguando la capacidad de PENSAR EN LAS COSAS CONCRETAS fomentando entrar en una meditación SOBRE UN TODO DEL QUE PARTE TODA REALIDAD (?¿?¿?¿?¿¿¿??) y ahí ha interesado meter toda la capacidad de pensar, reflexionar, cuestionar, criticar, cambiar, etc que tiene el hombre.

    Solo hay que ver las grandes editoriales del mundo la cantidad de libros pseudo-espirituales que están publicando cuyo mensaje es: todo lo que ocurre es por un bien común, nada hay que corregir porque desde la vacuidad que somos, todo es perfecto, y queridos amigos, el tripi va en aumento. Mencionad a los grandes filósofos de la historia que anticiparon esta era de muerte de espíritu y valores reales (no de manera esotérica introduciendo en su discurso a los Mayas, POR DIOS, sino de manera argumentada psicológica y filosóficamente) y ya veréis que pronto desaparecéis de las listas de gente grata)

    Os dejo el vídeo que tanto gusta, pero que al tiempo, tanto adormece -en lo concreto- http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=b5RpnwVr9m0#! .. que conste que sostengo que todo lo que dice el jefe indio, podría tener su fundamento de verdad.

    Gracias por el blog ;-)

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  3. Deixo aquest comentari fet per l´Assumpta Taulé:

    “I si comencem per mirar les nostres cases i reflexionar sobre tot el que realment no els cal?
    Un cop haguem passat llista a casa nostra podriem continuar amb una altra llista (la que verdaderament importa i que hauria de ser la premisa de totes les altres reflexions) basada en la nostra persona.
    Mostrem als nostres fills el que de veritat és esencial i ensenyem-los a reflexionar-hi.

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